Existen muchas técnicas de estudio efectivas y cada uno tiene las suyas: subrayar, hacer resúmenes, recitar en voz alta… Todas tienen sus pros y sus contras, aunque eso no impide que puedan ser compatibles entre sí dentro de tu estrategia de organización para estudiar. En cualquier caso, no te vendrá mal conocer otra opción que ha ganado muchos adeptos en los últimos años. Con el firme propósito de optimizar al máximo tu estudio, nos encanta compartir contigo los mejores consejos para estudiar. Y hoy queremos centrarnos en qué son los mapas mentales y cómo sacarles todo el rendimiento posible en tus sesiones de estudio.
¿Qué son los mapas mentales?
Se puede decir de los mapas mentales que son diagramas, dibujos geométricos, que se elaboran para representar visualmente una idea o una lección. Esa idea o lección sufre así una transformación: pasa de ser un simple texto, o algo abstracto en la mente del estudiante (de ahí su nombre de mapa mental), a algo reconocible ante sus ojos.
Los mapas mentales, que en ocasiones son llamados ‘mapas conceptuales’, pueden entenderse también a través de la metáfora de su nombre: el diagrama puede verse como un auténtico mapa, cuyas ideas interconectadas pueden formar rutas o redes, al estilo de un plano del Metro, por ejemplo.
Los elementos que componen un mapa mental
Un mapa visual se compone de diferentes elementos, sobre todo:
- Nodos: son las casillas del mapa, y normalmente hay un nodo central desde el que surgen todos (o casi todos) los demás.
- Ramas: son las líneas que unen los nodos.
- Conectores: son palabras que se sitúan sobre las ramas para darle sentido a estas. A menudo son preposiciones o conjunciones.
Las ventajas de los mapas mentales
Los mapas mentales son muy utilizados por estudiantes de cualquier nivel, puesto que facilitan varias cuestiones clave a la hora de estudiar:
Permiten extraer lo verdaderamente importante de un tema, ejerciendo de efectivo filtro entre lo relevante y lo secundario, que puede quedarse fuera de este mapa.
Permiten jerarquizar las ideas, utilizando distintos niveles, tamaños de letra u otros recursos.
Permiten asociar ideas, pues en un mapa visual los conceptos deben ir unidos entre sí para denotar la relación. De no existir esa unión entre conceptos, estaríamos ante otro formato: la nube de tags o nube de etiquetas.
Facilitan la memorización de los conceptos clave, no para repetirlos más tarde como un autómata sino para retenerlos en la mente y, desde ahí, desarrollar progresivamente su explicación.
Los mapas mentales se pueden emplear en cualquier tipo de lección, asignatura o curso, ya sea de letras o de ciencias. Por ello, se pueden usar como herramienta de estudio en cualquiera de nuestros ciclos formativos: desde el Grado Superior en Agencias de Viajes y Gestión de Eventos a distancia hasta el Grado Superior en Dietética Deportiva a distancia, pasando por cualquiera de la familia de Informática y Comunicaciones o de Servicios Socioculturales y a la Comunidad.
¿Cómo sacar el máximo rendimiento de los mapas mentales?
Los mapas mentales, que son ya una técnica muy popular entre los estudiantes, pueden resultar muy eficaces si se tienen en cuenta una serie de consejos. Te los exponemos a continuación.
1. Cuanto más concisos, mejor
La fortaleza del mapa visual es la concisión. Lo ideal sería que los nodos estuvieran formados por un sólo término, pues el exceso de información dificulta su memorización y su recuerdo.
2. Mucho mejor si son propios
Es habitual encontrar en libros de texto estos mapas mentales, que son incluidos por las editoriales como método de ayuda para la comprensión de la lección. Pero cabría tomarlo más bien como un ejemplo, pues el mapa mental verdaderamente eficaz es aquel que realiza uno mismo. Al hacerlo desde la nada, el estudiante tendrá que ir ‘tirando del hilo’ y uniendo las ideas por sí solo, denotando que ha entendido la lección. Y, al releer los puntos clave, se activará el mecanismo de recuerdo de lo aprendido.
3. Deben ser lógicos
Los mapas visuales deberían caracterizarse por una lógica de conjunto, no como una mera unión de ideas con una relación débil entre sí. Por ejemplo, si el discurso tiene un punto de partida y un destino final, ese mapa podría optar por un formato de ruta con etapas, con conceptos ligados por flechas. O si los conceptos guardan una clara relación jerárquica entre sí, el diagrama así lo debe reflejar. Sin lógica, el mapa mental se vuelve confuso y se convierte en una maraña de ideas difíciles de relacionar.
Los mapas mentales se pueden usar para cualquier tipo de plan de estudios, materia o plan de estudios, ya sea en artes o ciencias. Por ello, pueden ser utilizados como herramienta de aprendizaje en cualquiera de nuestros ciclos formativos: desde grados superiores en agencia de viajes a distancia y gestión de eventos hasta grados superiores en dietética deportiva a distancia pasando por cualquier ámbito de la informática y la comunicación familiar o sociocultural y comunitario. .
¿Cómo aprovechar al máximo los mapas mentales?
Los mapas mentales ya son una técnica muy popular entre los estudiantes, y pueden ser muy efectivos si se tienen en cuenta varias pautas. Te los presentamos a continuación.
1. Cuanto más simple, mejor
La ventaja de los mapas visuales es la simplicidad. Idealmente, una nota consta de una palabra, porque demasiada información dificulta la memorización y el recuerdo.
2. Aún mejor si son tuyos
Estos mapas mentales a menudo se encuentran en los libros de texto y los editores los usan para ayudar a comprender el plan de estudios. Pero se puede usar como ejemplo, porque un mapa mental realmente efectivo es un mapa mental creado por una persona misma. Comenzando desde cero, los estudiantes tendrán que «tirar del hilo» ellos mismos y agregar ideas, demostrando que han entendido la lección. Y releer los puntos principales activará el mecanismo de memoria de lo que has aprendido.
3. Deben ser lógicos
Un mapa visual debe caracterizarse por una lógica general, no solo por una combinación de ideas que están vagamente relacionadas entre sí. Por ejemplo, si un discurso tiene un punto de partida y un destino, el mapa puede elegir una ruta con un formato de escenario donde los conceptos están conectados por flechas. O, si existe una clara relación jerárquica entre los conceptos, el diagrama debería reflejar esto. Sin lógica, un mapa mental puede convertirse en una masa de ideas desordenada e incomprensible.
4. Usa diferentes colores y tamaños
Los colores agregan poder visual a un mapa mental y son muy atractivos por derecho propio. Al usar el mismo color en los nodos de las ramas, puede recordarlos. Al mismo tiempo, el tamaño puede ayudarte a priorizar u organizar conceptos. 5. Diseño original, positivo.
Inconscientemente, la memoria tiende a recordar mejor las cosas que nos resultan agradables. Por ello, las tarjetas de pensamiento pueden tener un diseño original, sorprendente o incluso bonito, sin excluir los comentarios humorísticos. Hay muchos ejemplos de esto, como el plano del metro anterior, donde las líneas son ramales y los nodos son estaciones. Pero también son interesantes algunos animales, como árboles, flores en forma de margarita, pulpos, etc. ¡fantasía!
6. papel o digital
Los mapas mentales de «toda la vida» son aquellos que se muestran en una hoja de papel en blanco usando bolígrafos, marcadores, pinturas, post-its u otros artículos de papelería. No necesitas nada más. Pero si eres un estudiante 100% digital, también tienes acceso a otros recursos informáticos, como aplicaciones y programas, que pueden ayudarte a construir tu mapa mental. Tenga en cuenta la siguiente lista:
MindNode
XMind
MindManager
iMindQ
La mejor parte de estos mapas mentales: son gratuitos. Así que si no has probado esta nueva técnica, anímate a probarla. ¡Intenta no perder nada! Seguramente serán una ayuda interesante en tu estudio de los ciclos formativos.